Manual de poda de hortalizas: tomate, pimiento y berenjena
En general, la poda de las hortalizas en invernadero se dirige a dejar uno o varios tallos, eliminando determinados brotes, hojas, frutos y los chupones que por su excesivo desarrollo apenas fructifican.
Cada especie vegetal tiene una poda característica y que depende del marco de plantación, forma de vegetar y fructificar, y la climatología del lugar.
Por último, la poda ha de realizarse de forma racional y con un criterio económico.
Con la poda se pretende mantener las plantas con la vegetación suficiente, en sus justos límites, a fin de conseguir precocidad y calidad, así como obtener, en muchos casos, una mayor producción.
Es necesario tener en cuenta que dicho control y conformación del desarrollo estará siempre limitado por la fisiología de la planta.
Para ello se suprimen órganos improductivos e inútiles, enfermos o que entorpezcan el desarrollo de la planta.
También se persigue con la poda, conformar la planta limitando el número de ramas y brotaciones para que se facilite las labores culturales y, en ocasiones, incrementar el número de plantas al reducir el marco de plantación.
Ventajas e Inconvenientes de la poda de hortalizas
Con la que se consigue:
- Mayor precocidad y más calidad de los frutos, de mejor tamaño y uniformidad.
- Se facilitan las prácticas culturales (tratamientos, recolección, entutorados, etc.).
- Se regulariza la producción.
- Posibilidad de cultivar plantas con marcos más reducidos.
- Al suprimir órganos enfermos se reduce la difusión de algunas plagas y enfermedades.
Sin embargo, y antes de realizar las operaciones, en determinados cultivos, hay que prever la rentabilidad, pues la mano de obra necesaria puede ocasionar, a veces, la no conveniencia de llevar a cabo esta práctica.
También, tras una poda muy enérgica, la planta puede sufrir trastornos vegetativos con parada del crecimiento.