Guía de cultivo de Guayaba

Cultivo de guayabaManejo Agronómico guayabo

La guayaba (Psidium guajava) es una fruta tropical valorada por su sabor único y sus beneficios nutricionales. Originaria de América, esta fruta se ha integrado en diversas culturas culinarias y ha sido un pilar en la agroindustria de varios países. El cultivo de guayaba no solo representa una fuente de ingresos para los agricultores sino también una oportunidad para el desarrollo de comunidades rurales.

Manejo agronómico del cultivo de Guayaba

El guayabo es un árbol que se adapta a un amplio rango de ambientes, crece en climas húmedos y secos a elevaciones sobre el nivel del mar (m s. n. m.) desde 0 m s. n. m. – 2 100 m s. n. m., si no hay heladas. Sin embargo, a menos de 1 000 m s. n. m. las plantaciones son más exitosas, y se obtiene el mejor crecimiento y producción. Esta especie supera a la mayoría de los frutales tropicales y subtropicales con respecto a la adaptabilidad y productividad, debido a su tolerancia al frío, la sequía y la salinidad.

Suelo

Tradicionalmente las plantas silvestres de guayabo se han encontrado en terrenos pobres, razón por la cual los productores piensan en cultivarlos donde otros cultivos no se desarrollan muy bien. Sin embargo, los cultivares mejorados requieren de condiciones especiales para que puedan manifestar todo su potencial genético.

En este sentido, el cultivo de guayaba responde a una amplia gama de tipos de suelos; por ejemplo, a los arcillosos y orgánicos de buen drenaje, y a los arenosos y calcáreos cuando se manejan con una fertilización adecuada. Sin embargo, se desarrolla mejor si éstos son profundos (60 cm o más de profundidad efectiva), fértiles (alto contenido de materia orgánica) y bien drenados. En los fértiles y medianamente compactos puede emitir raíces a profundidades de hasta 4 m. Tolera un nivel considerable de sales, principalmente altas concentraciones de cloruro (7 % Cl), por lo que prospera en suelos con pH de 4,5 a 8,2; pero para una óptima producción los valores de pH deben oscilar entre 5,0 y 7,0

También tolera suelos pesados con alta retención de humedad e inundaciones durante algunos días, pues tiene una reacción de rápida adaptación. Si se le ubica cerca de un manto freático superficial, se incrementa la actividad de la red de raicillas superficiales. Produce buenas cosechas en suelos que son demasiado húmedos para los aguacates y los cítricos.

Humedad

La planta de guayabo se desarrolla en áreas que reciban una precipitación media anual entre 1 000 mm y 2 000 mm (en algunas regiones los requerimientos pueden sobrepasar los 3 000 mm) y una humedad relativa de 70 % – 90 %. También puede prosperar en condiciones de mayor humedad, pero disminuye la calidad de los frutos. En los casos de fuertes restricciones de agua, requiere de los aportes suplementarios del riego para el desarrollo fisiológico adecuado de la planta.

Durante la época de fructificación requiere de la humedad necesaria para la obtención del rendimiento máximo. Las lluvias fuertes y prolongadas, si bien causan un crecimiento abundante en la planta, también inducen en la fruta roturas de la corteza, lo que propicia vías de acceso a los agentes patógenos
causantes de pudriciones. Esto provoca que se vuelva acuosa y de mal olor, razón por la cual, bajo estas condiciones, el control fitosanitario se debe realizar con más frecuencia.

El cultivo de guayaba es resistente a la sequía, pues logra producciones en regiones donde se presenta una estación seca prolongada de cinco o más meses; la floración se manifiesta con el inicio de las lluvias. No obstante, el déficit hídrico causa una sensible reducción del rendimiento. En zonas cálidas, con precipitaciones bien distribuidas durante todo el año, se logra una producción continua.

Temperatura

Se desarrolla muy bien en aquellos lugares con temperaturas entre los 15 °C – 35 °C. Los más altos rendimientos se obtienen con una temperatura media anual de 23 °C a 28 °C y una óptima para la fotosíntesis de 25 °C – 30 °C. La temperatura umbral mínima para desarrollarse es 9,2 ºC en la brotación; 14,8 ºC en la etapa de brotación–botón floral; de 10 ºC en la de botón floral inicio de la floración y de 8,4 ºC en la de inicio de floración–inicio de cosecha. La planta de guayabo puede tolerar temperaturas
de 45 °C. Es sensible a las bajas temperaturas. Las plantas jóvenes pueden morir a -1,7 °C, mientras que las adultas pueden tolerar, por períodos cortos, valores de hasta -3,3 °C.

Marco de plantación del cultivo de guayaba

Las distancias de plantación a utilizar dependen del cultivar a plantar, la fertilidad del suelo, el manejo de la plantación (sistema de riego, mecanización y asociación con otros cultivos, entre otros), la topografía y la disponibilidad de fuerza de trabajo.

Los más comunes son: 4 m x 5 m; 3 m x 4 m; 2 m x 5 m; 2 m x 4 m; 1,5 m x 4,5 m y 2,5 m x 3 m con diseño en marco real o tres bolillos, con lo que se logran densidades entre 500 y 1 481 plantas/ha. En la actualidad se prefieren marcos estrechos, siempre que se cuente con la tecnología necesaria (poda, riego y fertilización) para garantizar los altos rendimientos esperados por incremento en la densidad de plantas.

Época de plantación

El guayabo se puede plantar durante todo el año, de acuerdo con las condiciones locales y las posibilidades de suplir las necesidades hídricas de las plantas. Por esta última razón, y considerando además el factor de ahorro de fuerza de trabajo y recursos materiales, especialmente los portadores energéticos, el período lluvioso (mayo a octubre) constituye la mejor época para realizar la plantación, ya que hay mayor posibilidad de que las precipitaciones brinden los aportes de agua requeridos por las plantas

Plantación

Los hoyos para el cultivo de guayaba deben ser amplios, de 45 cm x 50 cm, a los cuales se les aplica de 5 kg a 10 kg de materia orgánica bien descompuesta en el fondo. Asimismo, se recomienda aplicar un riego profundo 24 horas antes del trasplante. El mismo se hace para que el lecho donde se va a establecer la planta esté húmedo, es decir, llevar al suelo a la capacidad de campo. La norma varía según el tipo de suelo.

Para proceder a la siembra, las plantas se colocan en cada hoyo. Posteriormente, se les quita el envase (bolsa) evitando que la tierra se separe de las raíces, se tapan con la tierra y se tiran hacia arriba para evitar que las raíces queden dobladas. A continuación se comprime el suelo para evitar cámaras de aire
y se aplica un riego.

De 25 a 30 días después de la siembra se pueden aplicar 500 kg/ha de cualquier fórmula completa N–P–K (nitrógeno–fósforo–potasio) con altos niveles de fósforo, para beneficiar el desarrollo radicular.

Asociación de cultivos

Los cultivos recomendados para asociar la guayaba son aquellos de porte bajo y/o de ciclo corto, como son frijol, maíz, pimiento, tomate, col, ají y otras leguminosas. No es recomendable el intercalamiento con curbitáceas (ejemplos: melón, pepino, calabaza, etc.) por ser estas plantas altamente hospederas de nematodos

Nutrición del cultivo de guayaba

Es un cultivo exigente a la nutrición, ya que es muy precoz, con floraciones y fructificaciones continuas, lo cual contribuye a que muestre un alto potencial productivo que puede llegar a 50 t/ha o 70 t/ha en los cultivares de porte bajo que más se emplean actualmente en el establecimiento de plantaciones. La extracción en kilogramos de los principales nutrientes para producir una tonelada de fruto es de: 4,1 de nitrógeno (N); 0,5 de fósforo (P); 5,0 de potasio (K); 2,9 de calcio (Ca); 0,4 de magnesio (Mg). Las necesidades de la planta en la etapa de plena producción están alrededor de los 180 kg/ha, 60 kg/ha y 120 kg/ha de nitrógeno, fósforo y potasio, respectivamente.

La aplicación de materia orgánica, a razón de 10 kg/planta a 20 kg/planta, constituye una práctica imprescindible para la obtención de altos rendimientos. Su uso, siempre que sea posible, deberá ser complementado con los fertilizantes minerales.

Se recomienda hacer una aplicación anual en bandas o en el ruedo de las plantas, en ambos casos habrá que incorporarla con el suelo. La cantidad de fertilizantes y abonos orgánicos a aplicar por planta en la etapa preproductiva del cultivo se debe calcular tomando en cuenta la demanda de NPK, recomendada de acuerdo con los resultados de los trabajos de investigación, las características del suelo y los fertilizantes y abonos orgánicos disponibles. Para el cálculo de la dosis en la fase productiva se debe considerar, además, el rendimiento potencial y la extracción media de NPK por tonelada de frutos producidos.

Riego

El guayabo es un cultivo de rápido y vigoroso crecimiento, con alta demanda de agua y nutrientes. Este frutal requiere de normas de riego de 300 m3/ha/mes a 500 m3/ha/mes y es muy afectado por el déficit de agua. Para que este cultivo exprese su verdadero potencial productivo es obligatorio mantener la
humedad uniforme durante todo el ciclo productivo, de forma tal que se mantenga la emisión de nuevos brotes y flores.

Las necesidades hídricas del guayabo dependen fundamentalmente del tamaño y la fase fenológica de la planta. En aquellas zonas donde se presentan periodos del año con escasas precipitaciones, que no garantizan las necesidades hídricas de la planta, se requiere del riego para suplir la falta de humedad.

Las cantidades de agua y la frecuencia del riego en una plantación de guayabo dependen, además, de los factores propios de la planta, edad y fase fenológica, del tipo de suelo, del régimen pluviométrico y el rendimiento previsto. Los sistemas de riego que pueden emplearse en las plantaciones comerciales son aniego, aspersión y localizado. La técnica de riego por aspersión puede ser portátil, semi–estacionario
y estacionario, a través de tubos y aspersores, enrolladores o máquinas de pivote central.

El riego se debe realizar, preferiblemente, por aspersión bajo el follaje de la planta y, mejor aún, de forma localizada en la zona de goteo de la copa. En dependencia del tipo de suelo se sugiere emplear una norma neta parcial de 250 m3/ha a 380 m3/ha en el primer año, de 280 m3/ha a 480 m3/ha en el segundo año y de 310 m3/ha a 570 m3/ha para el resto de los años del ciclo de vida del cultivo.

Control de malezas

Se debe mantener el área completa libre de malezas durante todo el ciclo productivo del guayabo, mediante la combinación de los métodos de control manual, mecanizado y químico. Los ruedos se deben limpiar cada vez que sea necesario y la dimensión de los mismos será de 1,0 m, cuando la planta es pequeña. Posteriormente, se mantendrá limpia toda el área de proyección de la copa. Las calles deben mantenerse limpias mediante chapea, de forma manual o mecanizada

Poda en el cultivo de guayaba

En esta especie, la poda es de vital importancia, ya que la producción se genera en los brotes nuevos y con su realización se logra incrementar los rendimientos, se posibilita el empleo de altas densidades de plantación, la práctica de las actividades culturales y la ejecución eficiente de la cosecha. Por otra parte, la poda constituye el paso inicial en los trabajos para el reinjerto (cambio de copa) de las plantaciones.

Manejo fitosanitario

Las principales plagas del guayabo son los nematodos, las moscas fruteras, cóccidos, mosca blanca, picudos y algunas especies de ácaros y lepidópteros. A continuación se detallan las más importantes en el manejo del cultivo de guayaba:

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Créditos: Instituto de Investigaciones en Fruticultura Tropical (IIFT) y al Grupo Agrícola (GAG) del Ministerio de la Agricultura. Cuba

Por Agroproyectos

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